lunes, 23 de septiembre de 2019

Pensamiento constante...

Y de pronto descubres que todo el tiempo estás pensando en esa persona especial, te cuesta trabajo concentrarte en lo que tienes que hacer, quisieras estar a su lado día y noche, y buscas y buscas los momentos de poder intercambiar aunque sea unas palabras, ver su imagen, lograr un encuentro...

Muchas veces vivimos en un sueño de enamoramiento, imaginamos todo lo que podría estar ocurriendo, todos los momentos sumamente románticos que con esa persona podríamos hacer realidad, idealizando y ansiando cada momento que será tan pleno y lleno de felicidad...

Todos los matices de su personalidad, cada rincón de su piel, los aromas que despide, que nos acercarán al lugar y tiempo más perfectos del mundo, con tan solo perdernos en su mirada no hará falta otra luz, el solo escuchar su voz será la más perfecta melodía...

Nos dejamos llevar por todos esos pensamientos que nos llenan de dicha y al mismo tiempo de desesperación cuando porque por más que parece que nos esforzamos no llega esa persona, no llega nuestro momento, es tan difícil alcanzar esa felicidad con la que soñamos todo el tiempo...

Será que estamos destinados a estar juntos y que ese amor será el "y vivieron felices para siempre" que nos hace falta en la vida, esas dulces mañanas despertando a su lado, compartir todos los aspectos de una vida en común, envejecer juntos...

Pero olvidamos que no se hará realidad a menos que salgamos de ese sueño que tenemos día a día y empecemos a hacer las acciones que nos hagan la mejor persona para que atraigamos justo aquello que tanto deseamos, porque soñar si cuesta... ¿y si dejamos de pensar y nos ponemos a hacer que esos sueños se vuelvan realidad?... 

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