jueves, 22 de octubre de 2020

Hora de la confesión

Sirva este escrito para dejar constancia y confesar que me estoy enamorando de ti... que cada uno de nuestros encuentros en mi agenda tenía solo un par de horas, que al primer encuentro llegaste tarde y al segundo... también... y que aunque hubiera sido motivo de cancelación o de acortar las cosas, simplemente el tiempo se diluyo en nuestras manos y nos quedamos hasta mucho más de lo que habíamos planeado...

Y no se sabe si es demasiado pronto o quizá demasiado tarde, o simplemente es la oxitocina la causante de tantas cosas y, sin embargo, cuando veo tu mirada ya sea en marco negro o rosa golden, siento los latidos de mi corazón acelerarse, se me enchina la piel, no puedo simplemente despegar la mirada de tu hermosa sonrisa.

Si se mantiene mi semblante ecuánime es porque no quiero que sea un gancho psicológico el quedarme como prendado de tu presencia, aunque créeme que articulando toda mi elocuencia en el fondo estoy prácticamente babeando por ti (aunque no sé si dejaría que se me cayera la taza del té solo por verte).

No sé como pasó o en que momento, no sé lo que va a pasar, como es que la productividad nos unió de forma rara, luego fue ENTREGA y hasta este punto El Arte de Hacer Preguntas. ¿Cómo pasó todo? ¿En que momento los nodos en el Universo decidieron juntarnos? ¿Qué tendría la cena esa noche? ¿El té de esta tarde? ¿Qué dulce mensaje me dejo tu voz? ¿Cómo saber si acaso sientes algo parecido?

Mariposas en el estomago, deseo absoluto por verte pronto, vértigo al imaginar que dirías que sí... y en ese segundo abrazo, cuando tomamos nuestra mano, en un universo paralelo no te habría dejado ir... y, sin embargo, aquí estoy escribiendo estás letras, deseando que las repase tu mirada, que creas que es mi voz la que te las susurra al oído y que fuera tu corazón las que le diera el compás.

Sólo sé que me encuentro sin razón en este momento, que me pregunto como encajo en tu descripción, que siento que encontré a mi alma gemela, que me enamoro sin remedio y esta es la carta de mi confesión.

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